lunes, 23 de abril de 2007

Pues no va a poder ser.

El jueves 19 recibí una llamada terrible. Parece ser que estoy demasiado lejos de la centralita de teléfonos: 4'5 km.

El caso es que yo lo sabía y por eso solicité el ADSL de 1Mb en lugar del de 20Mb. La tecnología ADSL2+ no da para tanta distancia. Cuando lo solicité, pregunté con cuidado si sería posible que me diesen el servicio, porque estaba lejos y me dijeron que sí.

Supongo que la única forma de entender esta aparente contradicción es que en Jazztel están tan ansiosos de servir a sus clientes que esperan hacer cosas que luego, a veces, no pueden hacer.

Pues bien, resulta que el mega que pedí me lo iban a suministrar desde la centralita usando tecnología ADSL2+. Así que no iba a llegar, me dijo el amable técnico que, esta vez, sorprendentemente, no se encontraba en Córdoba (Argentina), sino en mi pueblo. Me dijo que necesitaba un ADSL con la tecnología normalita, que llega más lejos.

Yo le dije contento que vale, que me diesen el ADSL con esa tecnología. El me explicó que para eso tenía que volver a dar de alta mi línea con Telefónica y después pedirles a ellos el ADSL. Quien suministra este ADSL es Telefónica y Jazztel lo revende.

El precio pasa a ser 37 euros o así, además de que Telefónica te cobra su mantenimiento de línea.

Podéis imaginar: quedé destrozado. Después de todo lo que Jazztel y yo habíamos hecho juntos, el mes sin teléfono ni ADSL, las llamadas con tanto técnico de conversación fascinante... todo, al cabo, se hizo nada.

He pedido el cambio de línea a Telefónica. Pedí los papeles el viernes y hoy, lunes, ya los tengo en mi poder. Me tiembla el pulso, pero no dejaré que las lágrimas emborronen mi firma. Me dice Telefónica que por sólo 39 euros al mes me dan ADSL y teléfono, con llamadas nacionales gratis. No quiero oírles. No quiero. No quiero.

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